Cómo deben actuar los padres frente al acoso


El acoso es una forma de discriminación. Incluye cualquier comportamiento físico o verbal no deseado que te ofenda o humilla. Generalmente, el acoso es un comportamiento que persiste con el tiempo. Los incidentes graves de una sola vez también pueden considerarse a veces acoso.


El acoso ocurre cuando alguien
  • Hace comentarios o bromas no deseadas sobre su raza, religión, sexo, edad, discapacidad o cualquier otro de
  • los motivos de discriminación;
  • Lo amenaza o lo intimida debido a su raza, religión, sexo, edad, discapacidad o cualquier otro de los motivos de discriminación;
  • Hace contacto físico no deseado con usted, como tocar, acariciar o pellizcar.
Ejemplos de acoso
  • Un colega se burla repetidamente de tu hija.
  • Un compañero de escuela hace comentarios inapropiados sobre su apariencia física.
  • Un empleado amenaza su seguridad después de una acalorada discusión.
  • Un supervisor te frota los hombros a pesar de tus repetidas objeciones.
Con frecuencia involucra a alguien en una posición de autoridad intimidando a alguien en una posición menor, pero el acoso de personas en una posición más alta por personas en una posición menor y entre personas en igualdad de condiciones ocurre.

Todos son igualmente inaceptables.
Formas de acoso

Las formas de acoso son amplias y complejas. El mismo comportamiento puede ser inofensivo para una persona y profundamente ofensivo e intimidante para otra. El comportamiento no intencional o mal interpretado puede causar sentimientos de acoso.

Las diferencias de actitud, antecedentes o cultura pueden significar que lo que se percibe como acoso por una persona puede no parecerlo a otra.

La mayoría de la gente no buscaría deliberadamente causar malestar o angustia. Sin embargo, es importante reconocer que un comportamiento que es aceptable para usted puede no ser aceptable para otros. Por ejemplo, “burlarse” de un compañero sobre su sexualidad o religión puede crear un ambiente humillante u ofensivo para esa persona que es probable que se considere acoso.
El acoso en la escuela

El acoso escolar o también llamado bullying es un acto repudiable que ocurre frecuente en los centros de enseñanza y se produce cuando un niño o adolescente es agredido física y psicológicamente en repetidas ocasiones y de forma continua por un alumno o un grupo de alumnos.

Agresión, intimidación, aislamiento, amenazas, insultos, burlas y otras actitudes similares son diferentes expresiones del acoso escolar que sufren fundamentalmente niños de entre 6 y 17 años, pero que tiene un componente de violencia significativo entre los 11 y los 15.
Tipos de acoso y violencia
  • Físico: se centra en agresiones físicas a la víctima (empujones, patadas, agresiones con objetos, etc.), y es más frecuente en la enseñanza primaria que en la secundaria.
  • Verbal: es el tipo de acoso más habitual y se basa en los insultos y el menosprecio de la víctima en público intentando ridiculizarla en todo momento.
  • Psicológico: trata de generar el miedo en la víctima, en la que causa una pérdida muy significativa de la autoestima.
  • Social: el objetivo final es aislar completamente a la víctima del resto de sus compañeros, logrando su exclusión total de las actividades compartidas dentro del colegio.
Consecuencias del acoso escolar

El fenómeno de acoso escolar no sólo acarrea consecuencias para la víctima, sino también para el o los agresores e incluso para los que presencian el acoso:
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Víctima:
  • Fracaso y dificultades escolares.
  • Alto nivel de ansiedad.
  • Fobia escolar.
  • Déficit de autoestima.
  • Cuadros depresivos.
  • Intentos de suicidio.
  • Baja expectativa de logro.
  • Se sume en una actitud de indefensión continua al sentirse incapaz de controlar por sí sólo las situaciones de acoso.
Agresor:

La realización del acoso le permite aprender formas insanas para lograr sus objetivos.
Este aprendizaje le sitúa en una posición de alto riesgo de desarrollar conductas delictivas.

El acoso le proporciona reconocimiento dentro del grupo y afianza su liderazgo, aunque éste se sitúa en los límites propios de una banda juvenil.

Es muy probable que el éxito de sus acciones le lleve a generalizar su conducta a otros ámbitos de su vida, como la familia, el trabajo, la pareja; pudiéndole llevar a adquirir el perfil de un maltratador en potencia.

Pero el acoso escolar puede tener también consecuencias negativas para aquellos compañeros que lo presencian sin hacer nada para evitarlo (espectadores pasivos), ya que desarrollan una falta de sensibilidad ante situaciones injustas y desarrollan una actitud de tolerancia e incapacidad de respuesta hacia la violencia.
Responsabilidad individual

Cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de reconocer que los puntos de vista, las opiniones de los demás y las decisiones tomadas por los gerentes y supervisores pueden no coincidir siempre con los nuestros; tales diferencias en sí mismas no constituyen acoso.

Del mismo modo, cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de reconocer que si bien el debate académico, incluyendo el discurso y los comentarios vigorosos, y la gestión legítima del desempeño del personal o los estudiantes se pueden distinguir del comportamiento de acoso escolar, todos tenemos el deber de asegurarse de que las personas no se sientan intimidadas.

En el siguiente enlace compartimos un documento titulado: A eso no juego – Una guía de actuación frente al acoso y cyber acoso para padres y madres

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