Periodista: Que es un Psicoanalista?
Lic. Raúl Menalled: Los psicoanalistas trabajamos con el Inconsciente de las personas, aquel Inconsciente que descubrió Freud a finales del siglo XIX.
El Inconsciente es el que literalmente domina nuestras vidas, es el que nos gobierna. Las cosas mas importantes que hacemos, aquellas que no podemos hacer, nuestras reacciones, nuestros gustos, nuestros deseos, nuestros temores, etc, responden a mecanismos del inconsciente, son mandatos del inconsciente,de los cuales no tenemos idea por qué los hacemos, sin embargo los hacemos.
El Inconsciente siempre está para perjudicarnos , nos arruina la vida, no está para otra cosa. No hacemos lo que queremos, hacemos lo que podemos, no solo eso, hacemos lo mejor que podemos.
En la sesión de psicoanalisis nosotros no tenemos un microscopio para poder ver qué es lo que quiere el Inconsciente, no hay una manera de poder descifrar con algún aparato, la única manera es con las palabras.
Con las palabras del paciente, cuando dice, cuando no dice, cuando se equivoca, cuando quiere decir una cosa y dice otra, cuando se contradice, cuando nos cuenta un sueño, cuando repite mucho algo, ahí estamos los psiconalistas como si fuéramos pescadores, cómo si fuéramos cazadores de mariposas, somos cazadores esperando que aparezcan mariposas y atrapamos alguna. Ahí es cuando el Inconsciente habla.
Yo planteo la sesión de psicoanalisis como un juego, un espacio lúdico, donde jugamos con las palabras. Así como los niños van al psicólogo y juegan a las cartas o a las escondidas, yo planteo lo mismo con los adultos pero con las palabras; planteo que somos un equipo, el paciente y yo somos compañeros de equipo para intentar descifrar el Inconsciente. Ese es el juego, el de descifrar y ganarle al Inconsciente que te domina. Vos paciente, yo analista, tenemos que descubrir que es lo que te ordena el Inconsciente.
Realmente la verdad la tiene el paciente, no la tenemos nosotros, nosotros estamos a la pesca, cómo dije antes.
A mí me gusta mucho explicarle al paciente a qué estamos jugando, eso es algo que lo discuti con muchos colegas y ellos dicen que no es necesario. Para mí sí lo es, yo no puedo jugar a las damas con una persona si no sabe las reglas de las damas, y la regla del psicoanalisis es la asociación libre. La asociación libre significa decir lo primero que se te ocurra. Esto corre también para el analista, el analista también tiene que asociar a partir de lo que habla el paciente. Me parece que el juego funciona bien de esa manera.
-Periodista: Cómo funciona el psicoanalisis por teléfono?
Lic Raul Menalled: Yo tengo muchos pacientes del interior del país, del exterior, de países de habla hispana, de pueblos donde no hay acceso a un psiconalista, y nos manejamos por teléfono. Las diferencias con la modalidad presencial, son y no son. Es más difícil para el analista porque únicamente cuenta con la palabra. Con la palabra, con el silencio…
De repente capaz que en el consultorio yo puedo tomar otros significantes, por ejemplo un paciente que siempre venía con una mochila muy grande, en un momento le pregunté si tenía auto, y me dijo que si, y empezamos a trabajar por qué no dejaba la mochila en el auto. Otra paciente que siempre venía toda tapada, con bufanda, con anteojos, empezamos a trabajar con eso, que por supuesto que tiene que ver con su personalidad.
Esos son ciertos significantes que se pueden ver en la modalidad presencial.
Son importantes? Si, pero no.... Porque en realidad esos cambios no sirven de nada si no están acompañados del significante palabra, de lo que dice el paciente, del pasaje del inconsciente a la conciencia a través de la palabra. Eso en la modalidad teléfonica se da y mucho. Se puede dar un excelente trabajo al igual que en el consultorio.
Por otro lado yo tengo el consultorio en el barrio de Belgrano, un barrio de clase media en la ciudad de Buenos Aires y eso hace que los pacientes de consultorio sean de cierto nivel cultural, social, económico, mas o menos homogéneo. El contar con el psicoanalisis por teléfono me posibilita el enriquecimiento de poder atender pacientes de diferentes lugares de la Argentina y de Hispanoamérica, con diferencias culturales que son enormes, diferencias sociales increíbles, y sin embargo puedo afirmar que el Inconsciente es universal, no importa las diferencias sociales o culturales.
Siempre lo que marca al sujeto son los primeros años de vida. Es la posición que tiene el bebé cuando nace, en los padres, en la familia. El Inconsciente viene heredado desde antes de nacer. El bebé se va transformando en sujeto del inconsciente en los primeros años de vida. Y depende mucho si fue un hijo deseado, un hijo no deseado, de repente si un hermanito le nació al año, ya eso lo marcó para toda la vida, ya le sacó el reinado.
Todo es por eso, es increíble, pero todo se refiere a eso, a la posición que tiene el sujeto en el deseo de los padres, en el deseo de la madre. Y no importa si nació en La Quiaca, en el campo, en la ciudad, si viene de familia rica o de familia pobre. La problemática en el Inconsciente siempre es la misma.
-Periodista: Hay cura en Psicoanalisis?
Lic Raúl Menalled: Bueno, eso es una pregunta bastante difícil, un tema de mucho estudio en psicoanalisis. Cura no es igual que la cura de una gripe o de una fiebre, donde uno deja de tener gripe o deja de estar afiebrado.
Los “normales” para el psicoanalisis somos los Neuróticos. La Neurosis no se cura, vamos a seguir siendo neuróticos. El tema es que vamos a poder posicionarnos de otra manera después de atravesar el psicoanalisis, de otra manera frente al deseo, frente a la falta, para no nombrar otros términos técnicos.
Frente a las fallas vamos a poder ubicarnos de una manera menos sufriente, vamos a poder convivir mejor con eso. Esa sería la cura, digamos...en pocas palabras.
-Periodista: Por que “Psicoanalisis para todos”?
Lic Raúl Menalled: En Argentina hace un tiempo salió un slogan: “Fútbol para Todos”. Yo planteo “Psicoanalisis para Todos”. Me parece que el psicoanalisis está muy encerrado, está muy ligado a la Élite Académica. Muy endogamico, muy elitista. Creo que le falta calle, al psicoanalisis le falta circular por la calle, por los medios más, por la gente más. Yo pienso que la culpa de esto es de los psiconalistas y especialmente de alguien a quien admiro, alguien que para mí fue un genio, uno de los popes despues de Freud: Jaques Lacan.
Creo que Lacan fue culpable de esto que está pasando. Cualquiera agarra un libro de Lacan y es como que está leyendo en otro idioma, es muy difícil de entender. Fórmulas matemáticas, nudos borromeos. Cosas que pueden ser muy buenas para estudiarlas pero muy difíciles para llegar a la gente, y eso es lo que me parece que está mal.
Lacan mismo dijo que fracasó, que hasta sus propios seguidores no entendieron su mensaje, su enseñanza, y que los psiconalistas que lo seguían se resisiten, tienen resistencia al psicoanalisis. Yo creo que: Lacan! Fue tu culpa! Eso es lo que yo creo. Deberías haber hablado un poquito más fácil! para mí esa esa es la principal falla del psicoanalisis.
Me parece que hoy la gente se vuelva a otras terapias: cognitivas, councelling, coaching, autoayuda, etc. Porque el psicoanalisis está muy encerrado en sí mismo, de hecho es tan endogamico que el sucesor de Lacan es su propio yerno. El que tiene los derechos de sus publicaciones, digamos que hoy es el “número 1” por decirlo de alguna manera.
Creo que al psicoanalisis le falta perder el miedo. Freud hablo de abstinencia. Me parece que eso se confunde, abstinencia no es abstinencia del analista de hablar, de interpretar, de arriesgar. Pareceria que el prototipo de psicoanalista es el que se queda neutro en la sesión el que responde con “ajam” “ejem”, en una posición distante, cómo si fuera una pared.
Eso me parece que es lo que le hace mal al psicoanalisis, hace que la gente no se acerque, que no confíe. Lo he vivido como paciente también, cómo paciente he sufrido analistas que se mantenían muy neutrales. Pienso que eso no está bien.
Creo que la atención flotante es estar todo el tiempo alerta y arriesgando. Una interpretación puede abrir otras puertas.
Hay que tener claro que uno no es el dueño de la verdad, la verdad siempre la tiene el paciente.
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